Cierra los ojos y a oscuras piérdete
bajo el follaje rojo de tus párpados.
Húndete en esas espirales
del sonido que sumba y cae
y suena allí...remoto,
hacia el sitio del tímpano
como una catarata ensordecida.
Hunde tu ser a oscuras
anégate la piel,
y más, en tus entrañas;
que te deslumbre y ciegue,
livida centella...y entre cimas y golfos de tinieblas
abra su azul penacho el fuego fatuo y presumido.
En esa sombra liquida del sueño
moja tu desnudez; abandona tu forma,
espuma que no sabe quien la dejo en la orilla,
piérdete en tu ser infinito
ser que se pierde en todo mar;
olvidate y olvidame
en ese olvido sin edad ni fondo,
en donde todo renace y las estrellas son solo hijas de la noche.