Los agudos rayos de su voz deslumbran la razón de su ser..
y desaparecen en su armonía.
Ya se apaga, ya se detiene,
tus dedos casi inertes se duermen
y desembocas en un sueño silencioso.
Segundo a segundo las teclas del piano resuenan su canto
ahora los bajos de tus cuerdas tambolean en el inhóspito silencio
que dejas a la distancia.
Abandonada, enmudecida
segundo a segundo te disipas y desapareces
bajo el cantar de este piano.
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