La noche silenciosa y fría abre mis pensamientos a recorrer la existencia de un día que ya muere y se marchita plasmando rastros de deseos y sueños que vuelan junto a la brisa de invierno. La noche alimenta el silencio de la soledad que madrugara junto con los destellos de una estrella que brinda nuevas oportunidades, de no estar solos y de u silencio esperando lo inesperado.
La noche acobija mi alma ansiosa del calor que nunca llegara a serlo y un frío envuelve mí mente que ya comienza a apagarse como luciérnaga que vuela su última noche.
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