lunes, 3 de junio de 2013

ELLA


Mierda. ¿Por qué ella? ¿Por qué me gusta tanto? Sé que ella no es para mí. Sé que ella no me quiere como yo lo hago. Entonces… ¿porque me empeño en seguir intentándolo sabiendo que me destroza la simple idea que vuelva a rechazarme? Tal vez es la esperanza. La poca esperanza que aun siente mi subconsciente hacia ella, esa parte de mi cabeza muy pequeña que me dice que quizás, solo quizás, si llegara a conocerme, me querría. Pero siento que esa luz se extingue poco a poco y la parte que me regaña diciéndome constantemente que soy insignificante para ella se agranda y se extiende aun mas cada hora, cada minuto, cada segundo transcurrido. Otro pensamiento positivo que recorre mi mente me aclara que podría olvidarla, dejarlo atrás y seguir adelante con otra persona, rendirme. Pero, no se si quiero rendirme. No estoy seguro de si me arriesgaría a olvidarla, a perderlá. Un amor que me inunda de alegría y sufrimiento. Alegría porque el amor es un sentimiento hermoso en muchos sentidos, pero doloroso si alguien como yo, no es correspondido. ¿Qué camino seguir entonces? No quiero olvidarla, y en realidad, nunca podría. Ella es sin dudas, mi primer amor, mi primer sentimiento tan fuerte. La parte positiva me pide a gritos que trate de demostrarle esto, que de esa manera le sería irresistible quererme o al menos importarle. Pero en lo más profundo de mí ser, sé que ella no me amaría incluso aunque demostrara a todas mis anchas lo mucho que pueda llegar a importarme.

La diferencia con la que solamente yo creo verlo. Es demasiado. No se puede, por más que quiera, por más que siga intentándolo. Pero si el amor que le entregué y le entrego a ella, no me lo corresponde, ¿Quién podría hacerlo? Es decir, si ella no puede quererme ¿alguien podrá hacerlo? A ella que tanto la deseo, que tanto la espero, ¿me va a ocurrir con otra? Esa es una de las causas por las que no busco en otro lado. El miedo a que me rechacen otra vez es muy fuerte y si me pasa, me desmoronaría, no podría resistirlo, no podría asimilarlo. Tengo miedo entonces, a ¿que? ¿Al amor? ¿A sentir que amo a alguien y que aplasten mis ilusiones y fantasías? 

Si. Creo que es una simplificación de lo que siento. El miedo. El miedo a enamorarme. ¿Por qué? Porque la primera y única vez que me paso y me pasa, me desgarraron el corazón, me lo cortaron en pedazos y lo dejaron sin nada. Se esta recuperando. El tiempo todo lo cura. Pero… ¿quiero arriesgarme a que lo lastimen de nuevo? No se si lo soportaría. Al mismo tiempo, soy consiente de que es absurdo, de que quizás alguien espera a quererme tal y como yo lo hago con ella, que aunque me vuelvan a destrozar podría levantarme, porque, para eso estamos capacitados ¿no? “Lo que no te mata te hace mas fuerte” dicen. Y con todo el dolor que pase, puedo decir a experiencia propia que en parte, es verdad. Pero me acobardo. Es decir, si sabes que vas a caer a un pozo sin fondo ¿deberías lanzarte igual? Seria estúpido saberlo y hacerlo igualmente. Por ende, si sé que me van a desilusionar, a quebrarme más de lo que ya han hecho… ¿Para que arriesgarme de nuevo? “El que no arriesga, no gana” y esto también es cierto, si no me arriesgo a amar nuevamente, sé que no ganaré nada nunca. Pero de nuevo podría poner en juego el miedo, ese miedo que me acorrala. Y de nuevo me veo aferrado a la idea de acobardarme ante el amor. Sé que todo suena confuso, y al decir la verdad es tan revoltoso como en mi mente, sin embargo, ¿de que otra forma explicarlo? Por eso no quiero olvidarme de ella, esa es la razón por la que no quiero buscar a otra que remplace mis sentimientos por ella. Porque tengo miedo a no encontrarla tampoco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

About this blog

Powered By Blogger
Powered By Blogger



reloj gratis

Followers

Connect With Us

Instructions



Pages

Blogger templates

About Me

Random

Recomended

Search